
Una de las mayores preocupaciones como padres y madres conforme nuestros hijos e hijas crecen es el riesgo de ciertas adicciones.
En la actualidad, cuando hablamos de adicciones, no nos referimos únicamente a drogas, alcohol o tabaco, sino también al uso excesivo e inadecuado de la tecnología o los videojuegos, cada vez es más habitual entre los jóvenes.
Por esta razón, en este artículo vamos a hablar del papel de la información como método preventivo frente a posibles adicciones.
¿Qué se considera adicción?
Antes de adentrarnos en cómo prevenir las adicciones hemos de saber qué se considera adicción. Y es que, la adicción es el resultado de usar una sustancia o realizar una actividad con el fin de obtener un placer inmediato e inevitable, a pesar de los daños que esto puede provocar.
Se trata de una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad de dejar de consumir o realizar esa acción, como consecuencia de ello, se pierde el control de los impulsos y existe un deseo intenso o ansia por consumir o realizar esa actividad. Todo ello deriva en una dificultad para reconocer las consecuencias negativas derivadas de esa dependencia y una respuesta emocional disfuncional en las relaciones interpersonales.
Antes de llegar a la adicción podemos ayudar a nuestros hijos e hijas a prevenirlas, para ello, la información y comunicación juegan un papel clave.
La información como clave en la prevención de las adicciones
Al educar a nuestros hijos e hijas y darles la información sobre los riesgos y desventajas del consumo de ciertas sustancias y el uso abusivo de ciertas tecnologías, contribuimos a darle herramientas para tomar decisiones adecuadas.
Para ello, son claves los siguientes aspectos:
Ofrecer información de las consecuencias
Y es que, entender los riesgos con información clara y precisa con respecto a las consecuencias, les ayuda a tomar una decisión informada con respecto a estos comportamientos. Entre las consecuencias, hemos de hablarles de la dependencia física y mental que generan, así como la posibilidad de desarrollar enfermedades.
Es vital que seamos nosotros los que les ofrezcamos esta información veraz, que les ayude a reducir la percepción social que existe frente a estas actividades y consumo, que en muchas ocasiones son percibidas dentro de la «normalidad».
Dándoles la información correcta eliminamos los posibles sesgos existentes, sobre todo sobre los efectos de ciertas sustancias. Han de conocer las graves consecuencias que tienen en los individuos para poder enfrentarse adecuadamente a su entorno.
Ofrecer alternativas de comportamientos saludables
Como hemos visto, con información educativa y consejos prácticos podemos minimizar el riesgo de adicción, lo que significa ofrecer estrategias realistas para evitar o disminuir la posibilidad de caer en este tipo de comportamientos.
Por ejemplo, fomentar alternativas de ocio saludables como hacer ejercicio, practicar algún deporte con amigos o desarrollar algún hobby. Pero también pasar tiempo en familia o con amigos creando hábitos y rutinas estables son algunas ideas que ayudan a prevenir las adicciones.
Tener un espacio de comunicación seguro
Es fundamental tener un espacio de comunicación seguro con ellos y ellas. Es decir, deben poder sentir que pueden contarnos sus miedos e incertidumbres, sin ser juzgados. Durante la adolescencia, están sometidos a cambios constantemente y deben saber que pueden compartirlos con nosotros.
El diálogo es fundamental en esta etapa y debe favorecerse el entendimiento, solo así podremos saber por qué etapas está pasando nuestro hijo e hija y poder ayudarle a tomar decisiones adecuadas.
Conocer el entorno en el que se mueve nuestro hijo o hija
Es normal que en esta etapa tengan muchas actividades fuera de casa, pero es necesario que conozcamos su entorno. Es decir, quiénes son sus amigos/as, qué lugares frecuenta o qué actividades realiza.
En este sentido, crear buenas relaciones con sus amigos y amigas, sus familias y su entorno escolar es fundamental también para detectar posibles problemas y poder anticiparse y ayudar.
Desarrollar habilidades que reduzcan su vulnerabilidad frente a estas conductas
Esto pasa fundamentalmente por estimular su autoestima y es que, cuando tienen un buen concepto de sí mismos hay menos riesgo de adquirir conductas adictivas. Una baja autoestima es una de las causas que lleva a muchos jóvenes a refugiarse en sustancias o actividades que le ayuden a evadirse y a sentirse mejor de forma instantánea.
Pero también hemos de aportar valores que el niño o niña tome como propios. Y es que, los adolescentes que han tenidos límites y normas como modelo a seguir desarrollar una conducta más responsable.
De esta manera, al tener unos valores arraigados puede tomar decisiones de forma consciente y de acuerdo con ellos, lo que reduce la vulnerabilidad de nuestros hijos e hijas frente a conductas susceptibles de provocar adicción.
Como hemos visto, nuestro papel como padres y madres es fundamental para dotar de herramientas y acompañar a nuestros hijos e hijas en la prevención de adicciones. De igual manera, el papel que juega su centro educativo es también clave como medio generador de valores y comportamientos saludables, pero también como centro de información para la prevención.
En este sentido, desde Grupo Sorolla Educación estamos comprometidos en esta labor y desarrollamos actividades en nuestros centros para educar a los niños y niñas para que desarrollen el sentido crítico y puedan decidir de forma consciente e informada.
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