
El uso de la tecnología es, a menudo, un foco de preocupación y conflicto para muchas familias. Y es que, aunque el uso de móviles, consolas, tablets, videojuegos, … aporta numerosos beneficios en el desarrollo de los pequeños, también son una amenaza si se realiza un mal uso o incluso un abuso de las mismas.
Por eso, es fundamental que seamos nosotros, los adultos, los que eduquemos a nuestros hijos e hijas en el buen uso de las nuevas tecnologías para que puedan disfrutar de ellas sin que llegue a ser una fuente de aislamiento o un problema mayor.
En este artículo queremos compartirte una serie de consejos que te serán útiles a la hora de gestionar el uso de pantallas en el ámbito familiar. Pero también signos que te pueden ayudar a detectar que está habiendo un mal uso de las nuevas tecnologías.
Aspectos previos a tener en cuenta
Antes de compartirte consejos prácticos, es vital que tengas en cuenta el papel que juegas tú en el proceso del buen uso de las tecnologías con tu hijo e hija. Por ello, es fundamental que tengas en cuentas estos aspectos generales y que sean el espacio en el que se desarrolle el uso de la tecnología en el entorno familiar:
Enseñar con el ejemplo
El primer paso que hemos de tener muy presente es que debemos ser un ejemplo para ellos y ellas, al igual que en el resto de los aspectos educativos. Los niños y niñas aprenden por imitación, por lo que es complicado que queramos que hagan un uso adecuado de los dispositivos si nosotros estamos pendientes de ellos y no hacemos un uso responsable.
Acompañamiento y supervisión
También es fundamental que no dejemos solos a los pequeños en el uso de la tecnología, es muy enriquecedor que juguemos con ellos y compartamos la mayor parte del tiempo de conexión juntos. Si no siempre es posible hacerlo de forma personal, existen herramientas de control parental que nos ayudan a realizar esta labor de supervisión. Es vital que nos interesemos por lo que ve, comparte o comenta. Solo si sabemos qué uso hace de la tecnología podremos educar en buenos hábitos, darle herramientas para detectar fraudes, conductas inadecuadas, …
Ser su espacio seguro
Al igual que en cualquier aspecto de su educación, deben saber y sentir que nos lo pueden contar todo, que pueden acudir a nosotros y nosotras cuando sientan que no pueden gestionar lo que está ocurriendo. También si detectan que hay un problema y poder así solucionarlo con él o ella, ciberacoso, contactos inadecuados, … Deben tener la confianza para contarnos lo que ocurre en sus redes, en sus juegos o en los vídeos que ve.
Educarles en esta materia
Los niños y niñas son usuarios en nuevas tecnologías, son nativos digitales y en muchos aspectos les pediremos ayuda para utilizar ciertas herramientas, sin embargo, aunque muestren mayor facilidad para su uso, no saben cómo utilizarlas de forma correcta y racional. Ahí entramos nosotros.
Educar a nuestros hijos e hijas en su buen uso es nuestra labor. Hemos de enseñarles a diferenciar lo privado de lo público cuando se trata de redes sociales, a no contactar con personas que no conocen, a detectar signos de alerta o ciberacoso, a no compartir datos personales o a no creer todo lo que lean en redes o internet, entre otros muchos aspectos.
En definitiva, que tengan información para poder enfrentarse a las nuevas tecnologías, pero, sobre todo, como comentábamos en el punto anterior, a acudir a nosotros ante cualquier duda y a compartir con nosotros lo que ocurre en su espacio digital.
Bajo estos parámetros, es importante también que tengamos en cuenta los siguientes consejos para crear un ambiente saludable en el uso de las tecnologías en casa.
Consejos prácticos para el buen uso de la tecnología
Algunos consejos prácticos del uso de las tecnologías que te pueden ser muy útiles en casa:
- Acordar unas normas familiares para el uso de aparatos tecnológicos (tablets, móviles, consolas, …). Unas normas que serán diferentes a cada familia pero que si o si hay que respetar. Por ejemplo, no se pueden usar en la mesa mientras se come o a pactar el horario de desconexión digital. Puede ser un contrato que vaya variando según las necesidades que surjan, pero siempre ha de ser conocido por todos los miembros de la familia y respetado y cumplido por todos. Es el marco general sobre el que se desarrolla la relación familiar con la tecnología.
- Tiempo limitado de uso: es vital que establezcamos un tiempo máximo de uso de la tecnología adecuado a la edad del niño o niña. Una vez cumplido ese tiempo el dispositivo debe estar en un lugar común y a la vista de todos.
- Tener contraseñas compartidas entre padres e hijos para poder acceder a todos los contenidos.
- Instalar un control parental y que ellos y ellas sepan que está activado, deben entender que es un mecanismo de ayuda y para beneficio suyo, no como una amenaza.
- En el caso de las redes sociales no usarlas antes de la edad recomendada, que son los 12 años. Y enseñarles a hacer un buen uso en cuanto a privacidad, a la hora de compartir fotos, vídeos, datos o hablar con personas desconocidas.
- En el caso de los videojuegos, comprobar que es adecuado a su edad según el código Pegi.
En definitiva, lograr establecer un uso saludable de la tecnología y que esta no sea su principal o incluso a veces, su única, fuente de entretenimiento. Para ello, si establecemos unas normas claras y sencillas que todos cumplamos podremos crear un ambiente adecuado en torno a la tecnología y que no sea fuente de conflicto o que derive en problemas a la larga para el menor como puede ser la adicción.
En Grupo Sorolla Educación acompañamos a las familias en esta tarea, educando a los pequeños en un uso consciente y responsable de la misma. Solo así, podrán relacionarse y hacer uso de la tecnología de forma adecuada y beneficiosa para ellos y ellas.
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