
Proporcionar a nuestros hijos e hijas una alimentación saludable debe convertirse en una prioridad como familia. Y es que, alimentar a los pequeños de forma saludable quiere decir que coman de forma variada para garantizar que reciben todos los nutrientes necesarios para su crecimiento. Entre los nutrientes que todo niño o niña necesitan estarían las proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.
Además, durante la infancia se establecen los hábitos alimentarios que ese niño o niña incluirá ya en su vida, por esta razón, es vital establecerlos de manera correcta, ya que después son muy difíciles de cambiar.
A continuación, te desvelamos todas las claves sobre la alimentación saludable para niños y niñas, por qué es tan importante para garantizar su correcto desarrollo y qué alimentos incluir y cuáles no en un adecuado plan de alimentación saludable.
¿Qué es una alimentación saludable para niños y niñas?
Como hemos visto, una alimentación saludable nos garantiza obtener todos los nutrientes necesarios para nuestra salud. En el caso de los niños y niñas, durante sus etapas de crecimiento, cobra más importancia si cabe, ya que se trata de la etapa de su vida en la que más cambios hay. La falta de algunos nutrientes puede afectar a su desarrollo físico, pero también intelectual y ahí es donde radica la importancia de tener una alimentación adecuada.
Establecer unas rutinas saludables en la alimentación evitará además que desarrollen patologías asociadas a la alimentación como anemia, sobrepeso u obesidad; pero también, reducimos la posibilidad de que en la edad adulta desarrollen ciertas enfermedades.
Cómo elaborar un plan de alimentación saludable para niños y niñas
Para elaborar un buen plan de alimentación saludable para nuestros hijos e hijas hemos de tener en cuenta qué alimentos es recomendable consumir y cuáles no, ya que no aportan los nutrientes adecuados y pueden dañar la salud alimentaria de los pequeños. Además, es importante qué consumimos, pero también cómo lo hacemos.
La primera recomendación es que debemos repartir los nutrientes en 4 o 5 comidas al día que garanticen que el cuerpo los reciba de forma continuada.
Un aspecto también fundamental es que, aunque a partir de los 3-4 años los niños y niñas pueden comer de todo, no quiere decir que deba comer como un adulto pero en menor cantidad, no. De hecho, hay que tener en cuenta que sus necesidades nutricionales son distintas a las nuestras.
A continuación, te damos algunas pautas que puedan orientarte a la hora de elegir alimentos adecuados y saludables para tu hijo o hija.
Hidratos de carbono y cereales
A estas edades es vital que haya un gran aporte de hidratos de carbono, alrededor de un 50% o más de la dieta, ya que son los encargados de nutrir de energía a nuestro cuerpo. En la infancia los niños y niñas no paran, su actividad física es constante, por lo que consumir hidratos de carbono les ayuda a disminuir la fatiga y a la recuperación muscular tras un día de juegos.
Entre los hidratos de carbono son beneficiosos las legumbres, cereales, tubérculos y frutas.
Los cereales es mejor consumirlos en granos lo menos procesado posible, por lo que es más saludable elegir granos integrales o enteros. Los granos integrales y los alimentos producidos con ellos tienen menos efecto en el azúcar en sangre y son más beneficiosos para la salud. Por ello, siempre que podamos es preferible, por ejemplo, la pasta o el pan integral.
Frutas
Las frutas son beneficiosas para el organismo, por lo que hay que consumirlas en cantidad y variedad. Es preferible hacerlo en rebanadas o entera en lugar de en forma de zumos, si es en zumo, mejor reducirlo a un vaso diario.
Proteínas
Junto a los hidratos, los niños y niñas deberían incluir en su dieta un 15% aproximadamente de proteínas. Estas deben ser de calidad, siendo recomendable que la mitad sea de origen animal, leche, huevos, pescados y carne, limitando la ingesta de carnes rojas y derivados.
Lácteos
Los lácteos son parte fundamental en la dieta de cualquier niño. La leche, el yogur o el queso son ricos en proteínas, vitaminas A y B12 y minerales. Además, poseen un alto contenido en calcio que ayuda al desarrollo de los huesos.
Verduras
Es fundamental que incluyamos muchas verduras en la dieta de nuestros hijos e hijas, cuanto más y más variadas mejor. Las patatas no se consideran verduras o vegetales, por su efecto negativo en el azúcar en sangre, por lo que es mejor limitarlas en cantidad.
Grasas
Las grasas, sobre todo monoinsaturadas, las conocidas como grasa buena, son importantes en la dieta. Estas son las procedentes del aceite de oliva, los frutos secos como las nueces, las aceitunas o el aguacate, por ejemplo. Sin embargo, es vital evitar el consumo de grasas saturadas o trans como las de los fritos, los embutidos o la comida rápida.
Azúcar o la bollería industrial
No se trata de prohibir, pero sí consumir de forma muy esporádica. Y es que, aportan gran cantidad de energía, pero pocos nutrientes y pueden ser perjudiciales si se toman en exceso.
En definitiva, el objetivo es elaborar una dieta balanceada y variada que incluya de todo y pueda ofrecer al niño o niña los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y crecimiento.
Inculcar unos buenos hábitos alimentarios y una alimentación saludable posee numerosos beneficios en los pequeños, por lo que debe ser prioritario.
En la mayoría de los casos, por nuestras obligaciones laborales, nuestros hijos e hijas comen en su centro educativo, por lo que el papel a la hora de ofrecer esa alimentación saludable corre a su cargo. Es vital que nos aseguremos que el centro ofrece una dieta adecuada, balanceada y saludable con alimentos frescos y de calidad.
En el caso de Grupo Sorolla Educación, además, nos preocupamos por inculcar hábitos alimenticios saludables en nuestros centros, ofreciendo una dieta saludable a los pequeños, pero también de desarrollar junto a ellos el disfrute por la comida y la importancia de comer correctamente para cuidar nuestra salud.
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