Hay que entender la creatividad en un sentido amplio, como una manera de plantear soluciones originales y novedosas que nos son útiles en cualquier aspecto de nuestra vida.

De esta manera, no podemos considerar únicamente creativo o creativa a una persona porque se le dé bien dibujar, diseñar o cualquier otra actividad artística.

Y es que, en realidad, todos somos creativos. O al menos, todos nacemos con la capacidad creativa, pero depende de los estímulos y experiencias que vivamos que la desarrollemos más o menos.

Una educación tradicional limitante y unos cánones sociales que penalizan pensar o actuar de forma diferente, van mermando nuestra capacidad creativa, y poco a poco, al hacernos adultos, vamos amoldando nuestro pensamiento para encajar en los cánones establecidos.

 

¿Por qué es fundamental para nuestros hijos e hijas desarrollar la creatividad?

Básicamente porque la creatividad les hace sentirse libres. Y solo por eso ya es razón suficiente para su desarrollo y fomento.

Pero además, la creatividad nos permite descubrir qué nos apasiona, cuál es nuestra vocación y ser felices.

Y es que, cuando crecemos en un ambiente en el que se premia, en lugar de penalizar, pensar libremente y de forma original, podemos desarrollar nuestras capacidades sin miedo a ser juzgados.

Además, fomentar la creatividad va a dar como fruto futuros adultos con herramientas para resolver problemas de forma distinta, para buscar soluciones novedosas y desenvolverse en el mundo de forma autónoma, pensando libremente.

Y cada vez más, en el mundo laboral, no se valora tanto el título en sí, sino habilidades que, como la creatividad o la originalidad, nos permiten diferenciarnos y dar con ideas frescas e innovadoras.

 

Cómo fomentar la creatividad en los niños y niñas

Para que los niños y niñas puedan desarrollar su creatividad deben darse una serie de elementos que lo propicien. No se trata únicamente de darles acceso a materiales y recursos, sino crear un ambiente adecuado para ello.

Respetar

El niño o niña debe sentir que puede ser libre para expresar ideas, cometer errores o pensar diferente. Ha de saber que va a ser respetado y no sentirse constantemente juzgado o evaluado. La sociedad poco a poco irá limitando nuestra capacidad creativa con sus perjuicios, pero no la familia o la escuela. Los niños y niñas son más creativos porque no tienen miedo a que les juzguen, eso es lo que hay que conseguir.

Fomentar la imaginación y espontaneidad

Si todas las actividades son guiadas y rígidas no dejamos espacio para la intuición, la libertad o la espontaneidad. Hay que potenciar actividades libres en las que se pueda abrir la mente y desarrollar aquello que nos apetece o gusta.

Sorprender

La mejor manera de educar niños y niñas creativos es mostrarles el ejemplo. Como responsables familiares podemos presentar las actividades y juegos de manera innovadora, ofreciéndoles formas distintas de ver el mundo. Les sorprenderá, verán que salirse de lo marcado no es negativo y además les incentivará más a aprender.

Jugar

No hay mejor aprendizaje que el que se logra jugando. Las técnicas de gamificación son muy útiles para fomentar la motivación y el interés por aprender.

Aprender de los errores

Hemos de evitar el perfeccionismo, ya que provoca el bloqueo y el estrés. En su lugar, hemos de entender los errores como parte del aprendizaje, son necesarios para seguir avanzando. De esta manera, los niños y niñas no tendrán miedo de proponer soluciones, aunque puedan ser erróneas.

Escuchar

Para que surja la creatividad hemos de fomentar una escucha activa, gracias a ello, a respetar los turnos, no interrumpir, no juzgar y respetar las opiniones de los demás, puede darse rienda suelta a la imaginación y a propuestas creativas. Una gran técnica muy útil en este sentido son las lluvia de ideas.

Ser pacientes y dar tiempo

Uno de los mayores enemigos de la creatividad y la imaginación son las prisas y la falta de tiempo. Hemos de proporcionarles a los niños y niñas tiempo para que exploren, piensen, se expresen, … Solo así, respetando sus tiempos y ritmos puede fluir la creatividad de forma natural.

Descubrir

Hay que fomentar más un aprendizaje por descubrimiento, en el que prime el desarrollo sensorial y no el aprendizaje memorístico. Todo ello fomenta la creatividad y les hace partícipes de su propio aprendizaje.

En definitiva, como adultos, ya sea familiares o docentes, hemos de acompañarlos y guiarlos, pero no como sujetos pasivos que solo tienen que memorizar, sino como personas activas que participan y disfrutan de su aprendizaje y desarrollo como personas.

Solo así, con una educación en la que se celebra la individualidad, la imaginación y se fomenta la creatividad, estaremos ayudando a crear adultos libres, felices y a prepararlos para cuando tengan que volar.

 

El papel de la escuela en el desarrollo de la creatividad

Cuando hablamos de creatividad en la escuela es muy habitual que la relacionemos con la clase de educación artística exclusivamente, pero nada más lejos de la realidad.

En este sentido, la escuela es el lugar perfecto para alimentar la creatividad. Siendo un espacio para el aprendizaje y el desarrollo, debe potenciarse también la inteligencia creativa, no solo la lingüística y matemática.

En la educación tradicional ha ocurrido lo contrario, las excesivas normas disciplinarias, las pruebas estandarizadas o el currículo cada vez más cerrado, ha ido mermando la capacidad creativa del alumnado.

Sin embargo, el papel de la escuela debe ser otro. En lugar de cortar las alas, debe ser el lugar en el que se desarrolle y fomente la creatividad, ya que es primordial para el desarrollo personal de los niños y niñas.

Por eso, desde Grupo Sorolla Educación, creemos en otra educación. Una en la que el personal educativo está en constante y actualizada formación para eludir metodologías obsoletas. El objetivo es emplear estrategias innovadoras que motiven al alumnado y fomenten su interés por aprender. Ese es el objetivo del personal docente, confiar en ellos y ellas tanto como para darles las herramientas necesarias para que puedan tomar la iniciativa y desarrollar todas sus capacidades.

El papel de la escuela es crear un ambiente en el que nuestros niños y niñas se sientan libres para poder desarrollar esa capacidad de afrontar retos de forma espontánea. Debemos facilitarles materiales y recursos para que puedan incentivar y alimentar su imaginación. En definitiva, darles los ingredientes necesarios para que su proceso creativo pueda darse.

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