
La crianza respetuosa es una manera de educar que busca ofrecer a las niñas y niños lo que necesitan.
Y lo que podría parecer algo lógico y habitual, sin embargo, genera en multitud de ocasiones confusión entre muchos padres y madres.
Y es que, ¿a quién no le han dicho más de una vez? «No lo cojas tanto en brazos que se va a acostumbrar», «no dejéis que duerma en vuestra cama que no va querer salir nunca » o «por dejarlo llorar no le va a pasar nada ».
Y son este tipo de consejos, nacidos de teorías no muy acertadas, las que han afectado en la forma en la que muchas madres, padres y educadores se relacionan con los y las pequeñas. Unas recomendaciones que afectan a su manera de educarles y, en muchas ocasiones, yendo en contra de los instintos naturales.
Por esta razón, en este artículo queremos hablarte de qué es la crianza respetuosa y con apego y por qué abrazar o consolar a tu hijo o hija no te hace malcriarlos, al contrario, le aporta numerosos beneficios en su desarrollo personal.
¿Qué es la crianza respetuosa o con apego?
La crianza respetuosa consiste en ofrecer a las niñas y niños lo que necesitan, bien sea alimento, higiene, seguridad, … Pero también contacto, amor, cariño, comprensión y atención.
Y es que, en ocasiones, como hemos comentado más arriba, se tiende a pensar que hay necesidades que no son tan necesarias. Sin embargo, el contacto físico, de apego, de consuelo o de cariño, es tan importante como la necesidad de comida.
Por eso, negar a un niño o niña consuelo o atención cuando lo piden tiene, como han demostrado estudios científicos, consecuencias en su desarrollo adulto, como problemas de autoestima, de confianza o sensación de que el entorno es hostil.
Y todo ello se debe a la teoría del apego seguro en la que se basa la crianza respetuosa. Te la explicamos a continuación.
La teoría del apego seguro
Hemos de saber que los dos primeros años de la vida de un niño o niña y las relaciones que se establezcan en él son determinantes en su vida.
Durante estos primeros años, los pequeños desarrollan su apego, que puede ser seguro o inseguro dependiendo de su relación con su figura primaria de apego (madre, padre, educador, abuelo o abuela, …).
Un niño o niña desarrolla un apego seguro cuando sabe, porque en la mayoría de las veces ha sido así, que si necesita ayuda o consuelo va a recibirlo.
Por el contrario, los niños o niñas a los que, la mayoría de las veces, se les ha negado esta atención a las necesidades básicas de amor, atención o consuelo, desarrolla un apego inseguro.
Y como comentábamos arriba, este apego determina el concepto que ese niño o niña va a tener del mundo y su capacidad para resolver los conflictos en la edad adulta. Con apego seguro el mundo se presenta como un lugar seguro, ya que sabes que si necesitas ayuda vas a tenerla. Sin embargo, los niños o niñas con apego inseguro piensan que el mundo es oscuro y desagradable en el que están solos y desamparados, porque saben que no va a acudir nadie si lo necesitan.
¿Cómo promover una crianza respetuosa en mi hogar?
Muchos detractores de la crianza respetuosa o con apego alegan que con esta metodología educativa se crían niños y niñas consentidos porque lo tienen todo.
Pero el error es creer que crianza respetuosa supone dar al niño o niña todo lo que pida, pero como hemos visto, no se trata de eso. Se trata de atender sus necesidades, no sus caprichos o darle todo lo que quiera, que es diferente.
También se ha extendido erróneamente la idea de que es educar sin límites, al contrario, se trata de establecer límites claros y normas sencillas que el niño o niña entienda, así como ejercer la autoridad de forma respetuosa. Por ello, es muy útil educar siguiendo la teoría de la disciplina positiva y todos los beneficios que ello supone.
De hecho, criar con apego es mucho más sencillo de aplicar de lo que pensamos. Simplemente, se trata de atender a nuestros hijos e hijas con respeto y cariño.
Te damos algunas claves que te ayudarán a ponerlo en práctica en casa:
- Estar disponibles. Esto quiere decir que estemos físicamente el máximo tiempo posible con nuestros hijos e hijas. Obviamente, tenemos obligaciones y esto no siempre es posible, por ello, hemos de encargarnos de que cuando no estemos otra persona se haga cargo de su cuidado.
- Estar accesibles. Y es que, a veces, sin darnos cuenta, estamos físicamente juntos, pero no de manera accesible porque estamos viendo la tele, leyendo, con el móvil, pensando en nuestras cosas. Por esta razón debemos estar accesibles, no solo disponibles.
- Empatizar con sus necesidades. Como padres y madres debemos entender qué le pasa a nuestro hijo o hija y por qué. Por ejemplo, no es lo mismo que llore porque se ha caído que porque ha perdido en un juego. Únicamente entendiendo a nuestros hijos e hijas, conociéndolos mejor, sabremos la causa real de cómo se siente y cómo responder adecuadamente a esa necesidad.
- Cubrir su necesidad de manera adecuada. Obviamente, el objetivo es cubrir esa necesidad, pero hacerlo de forma adecuada, por eso son importantes los pasos anteriores. Solo así sabremos atender su necesidad de ayuda, consuelo o cariño. Por eso no tiene sentido darle un caramelo a un niño para que se calme cuando acaba de caerse y hacerse una herida, lo que necesita son cuidados, abrazos y cariño.
En definitiva, debemos atender las necesidades básicas de nuestros hijos e hijas con cariño y respeto y en la mayoría de las ocasiones se reduce a seguir nuestro instinto.
De igual modo, a pesar de lo que se pueda pensar, la crianza respetuosa no se limita a dar el pecho, coger mucho en brazo y practicar el colecho. De hecho, un niño que duerma en su habitación desde pequeño y que vea que sus padres acuden siempre a su llamada, desarrollará un apego seguro sin necesidad de colechar. De igual modo, muchos niños y niñas que siempre van en brazos de su padre o madre pueden desarrollar un apego inseguro si no se les hace caso y se ignora sus peticiones de ayuda.
Como hemos visto a lo largo del artículo, educar a nuestros hijos e hijas de forma respetuosa y con apego es atender a sus necesidades básicas, incluidas las de cariño y consuelo.
En los centros escolares de Grupo Sorolla Educación, acompañamos a las familias en esta vital tarea, ofreciendo a los pequeños un entorno seguro y respetuoso en el que se sientan atendidos, cuidados y protegidos.
Sabemos el papel fundamental que los centros educativos juegan en el desarrollo de los niños y niñas, sobre todo en las edades más tempranas, por eso nuestros esfuerzos se centran en acompañarlos de forma respetuosa para que estén preparados cuando tengan que volar.
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