
Además de las plantas que nos proporcionan alimentos, la Comunidad Valenciana es muy rica en otro tipo de plantas: las aromáticas. El cultivo de estas en nuestra casa es una invitación a redescubrir la antigua sabiduría popular, que conocía y practicaba las diferentes aplicaciones culinarias y medicinales de una serie de plantas del medio rural.
Con nuestro modo de vida, cada vez más urbana, se ha olvidado esta sabiduría y esta cultura ligadas a las plantas. Es misión de todos recuperarlas y transmitirlas a las nuevas generaciones.
Hay una amplia relación de aromáticas que podemos cultivar en maceta o jardineras y utilizarlas para condimentar nuestros guisos, entre ellas: romero, tomillo, orégano, perejil, hinojo, hierbabuena, espliego, albahaca…
En casa podemos hacer muchas actividades:
- Preparar nuestros propios semilleros construyendo sencillos invernaderos (podemos encontrar ideas en webs como “http://es.wikihow.com/hacer-un-mini-invernadero”), aprender a trasplantar, a multiplicar las plantas de diferentes maneras: por división de una mata, por esquejes, por estolones y por rizomas.
- Buscar y preparar recetas.
- Conocer dichos populares relacionados con las plantas: “Mes roig que una rosella” “Més amarg que un baladre” “Creix com els alficoços”.
- Hacer adivinanzas: “Té dents i no menja, té cap i no es un home” (el ajo), “Una senyora sentà al terrat, amb la cua verda i el vestit morat” (la berenjena).
La historia de las plantas aromáticas está ligada a nuestra cultura, tanto a su uso gastronómico como a sus usos medicinales o festivos.
¿Quién no ha utilizado romero en la paella, o ha tomado una infusión de tomillo o ha presenciado el desfile de las enormes “alfàbegues” de Bétera?. Conocer las propiedades y beneficios de estas plantas, además de proporcionar un sabor especial a nuestras comidas, nos va a permitir promover la conservación de nuestras tradiciones y costumbres.
¿Y qué mejor que tenerlas a mano en nuestra casa?
Ernesto Mateu Mateu
Biology teacher