
En los últimos tiempos se nos llena la a boca con el concepto “Patrimonio de la Humanidad”, y es cierto, que hay para felicitarse de tan magno reconocimiento, de nuestra cultura, en un momento donde la globalización iguala las costumbres y modos de vida de la humanidad, sin distinción de países o continentes. Al menos, tenemos algún hecho distintivo propio, distinto a la homogeneización cultural.
España es uno de los países con mayor Patrimonio de la Humanidad, tanto material como inmaterial, podemos comprobarlo en los listados del Ministerio de Cultura; e incluso en nuestro entorno tenemos ese Patrimonio tan exclusivo como el edificio de la Lonja de la Seda de Valencia o los patrimonios inmateriales del Tribunal de las Aguas de Valencia, las fiestas de la “Mare de Deu de la Salut” de Algemesí o el “Misteri d’Elx” y donde hemos incluido recientemente a las “Fallas de Valencia”, acontecimientos todos ellos, con indudable mérito y esfuerzo por parte de miles de personas que los hacen posibles.
Ahora bien, estos son las letras mayúsculas de nuestro patrimonio, pero sabemos que hay mucho más y aquí es donde desde la familia podemos colaborar para acercar nuestro patrimonio, tanto material como inmaterial, a los ciudadanos del futuro, a nuestros hijos e hijas.
Hay que destacar que resulta de especial interés la reactivación de los departamentos didácticos de los museos y monumentos valencianos, como nuevas iniciativas, para que como padres podamos inculcar en nuestros hijos el amor por nuestro patrimonio cultural y que, a la vez sea atrayente para la esfera familiar.
Pero, ya que el museo o el edificio histórico, tiene que ser algo vivo y debe adaptarse a la capacidad e intereses de sus visitantes, aunque nos resulte fascinante la pintura de Sorolla o los muros en piedra de un palacio del siglo XV, nuestros visitantes más jóvenes, no tienen la capacidad imaginativa de trasladarse al pasado para recrearse en una época anterior, simplemente con la visión de un objeto. Por lo que debemos de seleccionar como padres interesados, en preparar la visita, motivándolos e ilusionándolos sobre todo aquello que verán y las actividades que podremos realizar durante la visita.
El objetivo, debe ser lograr que se enamoren de nuestro pasado cultural, material e inmaterial, desde los abrigos rupestres de la Valltorta a la música renacentista del Misterí d’Elx; pasando por la seda valenciana, con su importante impronta gremial en la ciudad de Valencia o de las heridas causadas por guerras y avatares de nuestro pasado a las muestras más cercanas del arte contemporáneo. Todo ello forma parte de un rico Patrimonio, que es el nuestro.
Algunos de nuestros museos más próximos cuentan con actividades para grupos familiares, otros resultan interesantes simplemente siguiendo su itinerario de visita, algunos son los propios restos de una civilización que nos dejó o un edificio que tuvo su función en el pasado, os dejo unas cuantas referencias, sin pretender abarcar todo las posibilidades.
Museu de Prehistoria de Valencia
José Joaquin Lucas Dura
Secondary and Baccalaureate Coordinator