Existe una suposición común, no siempre ayudada por la propia industria tecnológica, de que los niños/as necesitan aprender a programar porque necesitamos más profesionales de la informática. Futuros Ingenieros del Software que serán necesarios para mejorar nuestro mundo digital. Nada más lejos de la realidad.

Éste es un artículo que presenta argumentos mucho más interesantes y convincentes sobre por qué los niños y niñas deberían aprender a codificar, más allá de: «Porque es el futuro» y que ayudará a contestar a la recurrente pregunta:

 

¿Qué pasa si mi hijo o hija no quiere estudiar nada relacionado con la computación?

Aquí van cinco de los motivos más interesantes:

 

1. La codificación fomenta la expresión creativa.

La codificación para niños y niñas es un proceso fundamentalmente creativo. Al igual que pintar o cocinar, con la codificación un niño/a se beneficia de la satisfacción, incluso la euforia, que proviene de comenzar sin nada y terminar con algo, dándole pie a ir incluso más allá.

Además, en el mundo real los actos creativos suelen estar limitados por los materiales que tenemos a nuestra disposición, como los ingredientes cuando cocinamos o el lienzo cuando pintamos. Pero con la programación, donde el mundo virtual es infinito, la única restricción es la imaginación del niño/a.

 

2.La programación desmitifica la tecnología.

Numerosos estudios pronostican que en los próximos años un alto porcentaje de empleos se automatizarán por completo. Mientras tanto, las previsiones sobre la cantidad de dispositivos conectados como parte del ‘Internet of Things’ (IoT) se cuentan por millones y aumentan exponencialmente cada año.

No considerarlos ‘cajas negras’, entendiendo que todo lo que ocurre en cualquier dispositivo sucede por un motivo, que tiene una base científica y/o tecnológica, y siempre sustentada en las bases de la programación, es una prioridad para nuestros hijos e hijas . Deben conocer por qué el mundo tecnológico funciona así, y sólo de esta forma podrán moverse por él y adaptarse (incluso anticiparse) a los cambios que nos depara el futuro.

3. Enseñar programación infantil fomenta la perseverancia y facilita la resolución de problemas

Cualquiera que haya jugado con código, desde principiantes hasta profesionales, podrán decir que escribir programas puede convertirse en un desafío: no siempre existe una solución inmediata, suelen haber múltiples respuestas válidas y en muchas ocasiones hay que utilizar el método de ‘prueba-error’.

La descomposición en problemas más simples ayuda como estrategia de resolución de problemas. También favorece el aprendizaje mediante pensamiento lateral (‘lateral thinking’ en inglés) cuando se enfrente a un problema de codificación: «Si A + B no funcionó, entonces tal vez A + C.» Además, la codificación también equipa a los estudiantes con la capacidad de seguir con un problema y perseverar para encontrar una solución.

4. Fomenta la filosofía maker y a aprender haciendo (‘learning by doing’).

Uno de los métodos más efectivos de aprendizaje se produce cuando el alumnado es capaz de experimentar, de primera mano, los conceptos o contenidos que se están trabajando en las distintas sesiones.

La capacidad de reproducibilidad de los programas y la codificación, unida a su posterior integración en placas educativas como Arduino o Micro:bit para crear robots y pequeños automatismos mecánicos, proporcionan el entorno ideal para desarrollar la capacidad del alumnado para solventar situaciones, buscar respuestas y descubrir nuevos retos. Soluciones abiertas, con más de una solución, en las que lo importante no es el final, sino pensar en lo que quieres hacer, paso a paso, antes de hacerlo.

5. Aprenden a pensar en pensar.

Los estudiantes deben cambiar su rutina de pensamiento, adaptarla a las nuevas necesidades y a la forma de trabajo de las computadoras. Al comenzar esta nueva forma de razonar, se embarcan en una exploración sobre cómo piensan ellos mismos. La experiencia puede ser asombrosa: pensar en cómo pensar les hace reflexionar sobre los distintos puntos de vista (de otras personas o máquinas), ayuda a empatizar y desacredita la idea de pensamiento único.

Para nosotros, éste es el argumento más emocionante. Más que nada, el pensamiento computacional es una herramienta de pensamiento increíblemente valiosa, quizás la herramienta de pensamiento del siglo XXI, y que se puede aplicar a lo largo de nuestras vidas con un efecto increíble.

En resumen, debido al desarrollo del mundo tecnológico en el que nos encontramos, existe una demanda creciente de desarrollo de la inteligencia artificial y Big Data, que harán que ciertos puestos de trabajo, tal y como se entienden actualmente, se vuelvan obsoletos. Estudiando codificación y robótica, a través de los contenidos de asignaturas como ICT y STEAM se enseña a los niños y jóvenes a comprender lo que las computadoras pueden y no pueden hacer, ya que es fundamental para abordar estas nuevas necesidades. En definitiva, tenemos que tratar de enseñar a los niños y niñas sepan cómo remodelar el mundo tecnológico que los rodea, pudiendo ayudarlos a convertirse en creadores del mundo del mañana.

José Badía Castelló

Profesor de Steam

Julio Verne School

Grupo Sorolla Educación