
¡Cuántas incertidumbres rodean al estudiante de Secundaria y Bachiller!
Difícil vida la del estudiante cuando llega a la etapa de Secundaria o Bachiller. Asignaturas más densas y complicadas, horas de estudio y trabajo, exámenes de mayor contenido, la presión de las notas siempre presente, …
A esto se suma la complicada toma de decisiones que debe realizar en la elección de las asignaturas o del itinerario académico que le lleve a los estudios superiores más adecuados a su vocación.
Padres y profesores acompañamos en esta difícil situación que, generalmente, es fuente de ansiedad e incertidumbre en el joven estudiante.
Sin duda, este joven tiene que plantearse su propia “misión” a nivel personal y a nivel académico, al mismo tiempo que tiene que soñar y diseñar su “visión” sobre el futuro profesional en el que quiere aterrizar.
Ciclos Formativos, Grados universitarios, … El abanico de posibilidades que tiene ante sí es muy amplio: Universidad o Formación Profesional. Elección importante y trascendental. Pero esto es solo el principio.
¿Elijo un tipo de estudios o elijo profesión?
¿Soy capaz de soñar y visualizar la profesión que me gustaría desempeñar en unos años?
¿Tengo claro cuál es la formación o los estudios que debo realizar para llegar a esta profesión? ¿Conozco mi potencial como estudiante para llegar a la meta final?
¿Conozco mis cualidades y puntos fuertes para el desempeño de esa profesión?
¿Cuál es el perfil ideal para el trabajo en el que me veo en un futuro?
¿Tengo alternativas y opciones para elegir?
¿Conozco cuáles serán las profesiones del futuro?
¿Conozco los perfiles profesionales más buscados por las empresas?
Podríamos continuar con los interrogantes sin disponer de respuestas inmediatas. Pero solo contribuiríamos a generar más inquietud e incertidumbre.
Es cuestión de afrontar la tarea de orientar al joven estudiante con la aportación de familia y colegio. De abordar esta situación con información y un plan de orientación vocacional que ayude a despejar dudas y a definir el itinerario adecuado para cada caso.
Cualquier manual al uso o expertos en la materia, nos darían una lista de consejos básicos para la adecuada orientación vocacional.
Veamos algunos de los que nos plantean los Orientadores:
- Hay que ser activos ante la toma de decisión. No es una cuestión de esperar la inspiración y que te llegue la visión de la profesión o estudios soñados. Debes ser proactivo: buscar, preguntar, investigar acerca de las carreras o estudios que deseas realizar. El contacto con estudiantes y profesionales, la visita a las universidades, etc. son fundamentales para esa recopilación de información.
- Piensa en qué quieres ser y no en qué quieres estudiar. Deja de pensar en los estudios, las carreras o titulaciones de FP. Pregúntate más bien qué quieres ser, qué quieres hacer durante tu vida laboral. Tener claro en dónde te gustaría trabajar antes que preocuparte por lo que tienes que aprender en la universidad para lograrlo. Y una vez que descubras la respuesta a esta pregunta, mira el itinerario de estudios que se corresponde con la misma.
- Descubre si esta profesión te apasiona. No puedes pensar sólo en el dinero que te reportará sino en la felicidad y disfrute que te proporcionaría. ¿De verdad te apasiona ejercer este trabajo? ¿Te sentirías feliz si la desarrollas?
- Deja en un segundo plano el dinero. Ninguna carrera asegura el éxito económico. Si quieres llegar a este debes plantearte ser un gran profesional, sea cual sea el estudio y profesión elegida. Si aplicas pasión y motivación por tu profesión tendrás reconocimiento y éxito profesional.
- La decisión es tuya. Nadie puede decidir por ti. Escucha las orientaciones y consejos de familia, profesores, amigos. Pero a partir de ahí, no delegues la decisión en nadie. Es tu vida y tu futuro.
- Mide las ganas que tienes de empezar la carrera. ¿Estás ansioso/a por iniciar esta fase de los estudios?. Te ves reflejado/a en ellos y sabes que es el camino para llegar lo antes posible a tu profesión.
- ¿Tienes aficiones o hobbys vinculados con esta profesión?. Si es tu vocación seguro que ya hay alguna afición que tenga relación directa con el “trabajo” que te espera en el mercado laboral.
¿Te gusta atender y cuidar animales? ¿Siempre estás dibujando, diseñando? ¿Te chifla desmontar y montar el motor de tu moto? ¿Me encanta la fotografía y el vídeo?
Hay muchos ejemplos que podrían dar una pista sobre tu futura profesión.
- Las comparaciones no son buenas consejeras. No cabe compararme con el resto de compañeros/as. Cada uno tenemos nuestra propia vocación. Y no hay que preocuparse si otros compañeros ya tienen clara su elección, o si crees que van a estudiar una opción mejor que la tuya.
Tampoco hay que admitir comparaciones con hermanos y familiares. Debes encontrar tu propia vocación por ti mismo/a.
- Sabes argumentar el porqué de tu elección. Si eres capaz de explicarle a tu familia y amigos el porqué de tu elección, si sabes comentar cómo enriquecerá tu proyecto de vida los estudios y profesión elegida, seguramente estarás en condiciones de decir que sí tienes clara tu decisión.
- Reflexiona.
¿Qué es mejor? ¿Un mal médico o un buen músico?
¿Quién gana más? ¿Un ingeniero mediocre o un excelente abogado?
¿Quién es más feliz? ¿Un profesor frustrado o un diseñador de vocación?
Solo son ideas y consejos para la toma de decisión. Un punto de partida para ayudar en el trabajo de los profesionales y familia en la difícil tarea de orientar hacia la decisión más acertada.
Ramón Rodríguez Magán
Jefatura Organizativa