
Me faltan palabras para explicar las emociones y sensaciones que vienen a mi mente cuando veo noticias en las que el deporte infantil se asocia a actitudes indeseables.
¡Vergüenza! Eso es lo que siento tras leer titulares en la prensa como: “Brutal pelea entre padres tras un partido de infantiles” o “La vergonzosa pelea de unos padres en un partido de fútbol y la insólita solución”.
Y esto son sólo dos ejemplos, basta con teclear en cualquier buscador web las palabras padres, pelea, partido; y aparecen demasiadas noticias sobre este penoso y vergonzoso asunto.
A ninguna edad debe suceder nada semejante, pero llama más la atención cuando entras a leer estas noticias y ves que los partidos a los que se refieren son de deportistas de 4, 5 o 6 años de edad.
Creo que no es tan difícil, solamente hay que aplicar el sentido común y ser conscientes de que el padre y la madre son el espejo en el que se miran los hijos y son el principal modelo para el aprendizaje de estos.
¿Sabemos cómo actuar ante diferentes situaciones que se dan en el deporte y, especialmente en el deporte de iniciación? ¿Cómo podemos animar?, es muy sencillo, simplemente la presencia de los familiares ya es un gran apoyo, un aplauso, una mirada cómplice acompañada de una sonrisa, animar cuando falle cualquier deportista. Debemos mentalizarnos para disfrutar del juego independientemente del resultado. Es importante la presencia del padre o madre a los entrenamientos y a los partidos para que se sientan apoyados. En caso de no poder acudir deberíamos interesarnos y preguntarles.
¿Qué tipo de preguntas podemos hacer? Algunas preguntas sencillas en este sentido podrían ser: ¿Cómo lo habéis pasado? ¿Te has esforzado todo lo que has podido? ¿Te has divertido? ¿En qué crees que habéis mejorado? ¿Qué tal el otro equipo? Así de fácil, preguntas de este estilo son suficientes tanto para entrenamientos como para partidos.
¿Cómo actuar y qué decir antes y después del entrenamiento o partido? Lo que digamos antes y después de entrenamientos o partidos debe estar centrado en torno a la diversión, disfrute y esfuerzo, pero nunca focalizado en el resultado.
¿Y la sobreprotección? Hemos de saber que cualquier actividad conlleva un riesgo, y más cuando hablamos de deporte, y sobre todo de deportes en los que puede haber contacto con otros deportistas. Pero los beneficios de hacer deporte son quizá más importantes. Debemos confiar en los monitores/entrenadores/profesores, ya que son personal cualificado y seguro que saben resolver cualquier situación que suceda en partidos y entrenamientos. Y si tenemos dudas sobre lo que haya podido suceder, consultarlo con ellos ya que seguro que todo tiene una explicación.
¿Debemos “ayudar” al monitor/entrenador/profesor desde la grada corrigiendo aspectos técnicos o tácticos? La mejor ayuda que le podemos brindar es apoyarle en sus decisiones. Por lo demás, lo dicho anteriormente, aplaudir, sonreír, apoyar, animar y quitar presión a los deportistas. Es el monitor quién sabe hasta dónde debe exigir a sus deportistas. Y, por supuesto, delante de los jóvenes deportistas, no desacreditar nunca al entrenador. Hablar con él y tratar de aclarar las dudas.
¿Cómo debemos comportarnos con los árbitros? Pues es simplemente una cuestión de respeto y conocimiento. Los árbitros en estas competiciones, o bien también están en formación, o participan de forma desinteresada. Además, están para ayudar y enseñar las reglas del juego a los deportistas en formación.
¿Cómo actuar respecto a los contrarios? Pues esto es muy sencillo, hay que pensar que no hay partido o competición si no hay contrarios. Así pues, respeto total hacia los demás. También es interesante aprender a utilizar el deporte para hacer nuevos amigos allá adónde vayamos.
¿Y qué decir de las expectativas? Todos creemos tener un Rafa Nadal, Mireia Belmonte, Andrés Hiniesta o Carolina Marín en la familia. Pero no hay que tener prisa, ni abrumar con la exigencia competitiva. Lo más importante es la formación integral. Hay otros aspectos importantes a parte de la propia actividad deportiva como la formación personal y académica.
Para ir concluyendo, los familiares tenemos la responsabilidad de ser reflexivos, mostrarnos calmados y tener un comportamiento correcto y educado. Hay que recordar que somos un modelo para nuestros hijos e hijas. También hay que tener en cuenta que no debemos dejarnos llevar por las emociones, al fin y al cabo, todo esto es un juego para ellos y se están formando.
Así que, ¡viva la fiesta del deporte! Aplaude, anima, ríe, disfruta; ellos sólo están jugando.
Juan E. López Gramage
Sports school coordinator and high school tutor